Existen sucesos que acontecieron en el mundo que son considerados en la historia de la humanidad auténticos hitos. Hitos que trascendieron y que transformaron de forma drástica la forma de vida humana. Uno de ellos es la caída del Muro de Berlín.
El 9 de noviembre de 1989 caía el Muro de Berlín, un muro de unos 50 kilómetros de largo y 4 de alto que durante 28 años dividió a Berlín Occidental de la República Democrática Alemana (RDA). Su eliminación significó el fin del régimen de la RDA y de los regímenes comunistas en Europa Oriental. El muro comenzó a construirse el 13 de agosto de 1961.
El Muro de Berlín fue y es hoy en día, considerado como la representación de lo que fue alguna vez la Guerra Fría, la segmentación de Europa y el mundo en dos unidades íntegramente enfrentadas, así también la representación del miedo a la catástrofe nuclear.
La caída del Muro de Berlín, fue percibida como una verdadera insignia que marcó el final de la Guerra Fría, de las oposiciones ideológicas, del derrumbe del comunismo. Asimismo es percibida como el camino a un nuevo mundo, que se rige por nuevas reglas, nuevos desafíos y por sobre todo, nuevas esperanzas. Y por sobre todas las cosas es percibida como el inicio de una difícil etapa de transición para la economía mundial y el afianzamiento de ciertos problemas como la pobreza, las guerras étnicas y las desigualdades.
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